17.5.06

Triste melodía oigo al partir

Y nosotros pensamos que lo íbamos a recuperar alguna vez. Al fin, sucedió. Era el último en caer, y al fin cedió a la tentación de mudarse al barrio que hay detrás de las estrellas. Gordo, a pesar de que en realidad fuiste un hijo de mil putas -y será por eso que no lo lamentamos- merecés un recordatorio por la cantidad de risas increíbles que me sacaste en todas tus películas. Recordaremos por siempre al patético Profesor Pancurulo, a Rambón en su primera misión, tus bailes que eran como un trompo hipnótico, tu cara de pelotudo que nos hacía llorar de la risa. Y sin dudas, te debemos que todos los actores argentinos estén a dos niveles de Al Pacino. "Ni tan arrepentido ni encantado de haberte conocido, lo confieso", desde este Blog poco serio, un abrazo grande al fantasma de un tipo afortunadamente poco serio. GOGUI (de regreso)

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina License.