13.1.05

LA ÚLTIMA FRONTERA

No creo en internet, ni nunca voy a creer. Creo que internet es un montón de nada hacia la nada. pero hablarle a la nada es una actividad humana que desarrolla el lenguaje y bla bla bla, así que la voy a hacer igual. En realidad, podría teorizar mucho sobre por qué hago esto, pero me lo recomendó mi psiquiatra. ¡Si él también me saldría gratis! No, bueno, en realidad no tengo psiquiatra, qué mierda digo. ¡Caramba, me estoy convirtiendo en un "bloggerista", aquellos que creen que su propia persona es tan imprtante que merecen una página de internet. ¡Es más! Piensan que alguien más las va a leer. Bueno, es como tener un programa de radio en una FM clandestina.... por algo el muchacho de Suban el Volumen lo hizo! Sólo me falta la patineta y el hermano chino muerto! ¿Un blog me hará cool? Mmmmmm, lo dudo. Creo que me hace más nerd. El blog es una manifestación extrema del ego. ¿A quién carajo le interesa lo que el Dr. Petorutti siente cuando mira a los ojos a su esposa y le dice "vamos al jardín botánico ahora, porque después se llena de gente"? Imbéciles. Es la manifestación más clara de la libertad liberal: tenemos la posibilidad de decir lo que queremos, y la seguridad de que nadie va a escucharnos. ¡Perfecto! Pienso en la cantidad de cuarentonas divorciadas que aman la literatura y abren un blog para comentar libros, en la cantidad de abogados aburridos que escriben cuentos y cosas así. ¡Los repartidores de pizza con ínfulas de analistas de sitemas drogados con cafeína de energizantes que abren blogs con la secreta esperanza de que una minita les de bola! ¿Y yo? ¿Qué hago entre todos estos pajeros? Mario, todo es culpa tuya. Au revoir!

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina License.